Alamedas acarician los gemidos
que se posan gráciles en ramas
mientras el viento aúlla rebelde
atajando la vida que se escapa.

Hojas danzan sin prisa al son
de los temblores de sustancias
cuando se dan entre suspiros
los ocultos abrazos sin calma .

Gotas llevan los tenues tonos
con los que acompañan la danza
enraizándose los brazos amantes
con que quieren fundir sus almas.

Los vientos arrullan los rostros
que emergen desde sus miradas
queriendo atrapar mil ternuras
en infieles momentos se alzan.

Mientras los eternos minutos deslizan
en la habitación donde concretan
sus mas profundas y sedosas ansias
pernotan los recuerdos en las animas.

No hay en ellos un tiempo eterno
solo retazos de cielo que avanza
arraigados en vientres entreverados
como ajenos nombres descansan.

Construyen en flamantes sábados
los clandestinos espacios divinos
donde poner al cubierto sus besos
bañados de calma y de gemidos…



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