Hoy las luces de la calle invitan…

en la humedad que deja mi cuerpo la lluvia batallar,

mis carnes tiemblan al son del vértigo,

y las tentaciones ansían las sombras para amar.

Llegaste entre la penumbra de la fantasía que desborda,

al calor de los cuerpos como química vaporear,

me tomas de la cintura en un fuerte arrebato…

seré la hiena que tanto te va a desear…

No hay impedimentos alunados,

hoy tu carne será mi exquisito manjar,

lameré los abismos de tu dura hombría…

serás el potro que mi cuerpo podrá domar,

y en un juglar momento de locura…

entre la humedad de la noche que inundara,

de tentaciones que llevan al vaivén de caderas…

al chocar bastos pubis enjambrados al azar.

Sed que turgen mis pechos a tu torso

como amapolas abiertas al deseo carnal,

y aprisiono con mis piernas tu cadera arrimada…

la pared será arena de miga rubia para matar…

Temblor en mi cuerpo al pase de tus yemas…

desde mis labios secos hasta el confín que abreva ya!

desabrocho las ansias que me encadenan,

hoy la noche concluye mi vil condena en tu bravío mar…

Calor brotando entre los poros exudados,

de jadeos que rítmicamente balbucean por más

sendos labios, anaconda…

cruel desmadre entre las ropas nuestras que enredaras…

Sin fin de la noche de lujuria canonizada,

en los laberintos caracoles de mi intimidad…

jadeo arqueado de tu grito clavado…

en la cúpula infinita que deseaste conquistar…

Nuestros cuerpos vencidos quedaran dormitando,

al secreto inconcluso de una noche sin más…

los primeros soles descubrirán nuestro refugio…

pero otra cita invitara volver a empezar…


1 comentario:

DUlCE dijo...

Perfecta sinfonía de palabras, un sentimiento tras otro descrito con certeza.

Mi beso siempre dulce.